Niña pequeña se somete a una revisión oftalmológica

¿Cuál es la frecuencia recomendada para revisarse la vista, según la edad?

Las revisiones oftalmológicas regulares son esenciales no solo para mantener una buena salud visual, sino también para detectar de forma temprana enfermedades que podrían poner en peligro la visión, como el glaucoma o la retinopatía diabética.

Por ello, desde Centro Óptico Borges, te queremos explicar cuál es la frecuencia recomendada para revisarse la vista según la edad, ¡no te lo pierdas!

Revisión oftalmológica en las primeras etapas de la vida

Recién nacidos

Es fundamental que los bebés recién nacidos sean examinados por un oftalmólogo cuando lo indique el pediatra, especialmente si el bebé ha nacido prematuro o con bajo peso. Los recién nacidos en estas condiciones tienen un mayor riesgo de desarrollar ciertas afecciones visuales como la catarata congénita o la hipertensión ocular.

Durante el primer año de vida

En estos primeros meses, el objetivo de las revisiones es evaluar la graduación visual y examinar el estado general del globo ocular y la retina. Si se detecta alguna anomalía o patología, es crucial iniciar el tratamiento lo antes posible para asegurar un desarrollo visual adecuado.

De 1 a 3 años

En esta etapa de desarrollo, los niños suelen cooperar mejor durante las pruebas oftalmológicas, lo que permite al oftalmólogo detectar problemas como el estrabismo y el ojo vago. Detectar estos problemas a tiempo es clave, ya que facilita el tratamiento y mejora las posibilidades de corregir la visión de manera efectiva

Entre los 3 y 8 años

Desde los tres años, las visitas oftalmológicas están orientadas a la prevención y al control de patologías oculares, así como a la evaluación de la movilidad ocular y la agudeza visual. Estas revisiones ayudan a identificar problemas que, si no se corrigen en esta etapa, podrían afectar la visión a largo plazo.

Adolescencia: una etapa de cambios

La adolescencia es un período marcado por transformaciones físicas que pueden impactar en la visión, como el desarrollo de defectos de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo) que antes no estaban presentes.

Por eso, se recomienda realizar revisiones periódicas, especialmente si el adolescente experimenta síntomas como dolor de cabeza frecuente o visión borrosa, ya que podrían ser señales de cambios en la graduación que requieren corrección.

De los 20 a los 40 años

En esta etapa, la graduación tiende a estabilizarse, lo que facilita evaluar la viabilidad de una cirugía refractiva para corregir problemas como miopía, hipermetropía y astigmatismo de manera permanente.

Aun así, es fundamental seguir visitando al oftalmólogo regularmente para detectar cualquier cambio en la graduación, controlar la presión intraocular y examinar el fondo del ojo. Estas revisiones permiten identificar cualquier anomalía temprana y reducir el riesgo de enfermedades oculares a largo plazo.

A partir de los 40 años

Al llegar a los 40, la revisión anual se vuelve especialmente importante, ya que en esta fase suelen aparecer los primeros signos de presbicia o vista cansada.

Además, se vuelve necesario controlar la presión intraocular y realizar un análisis exhaustivo del nervio óptico y del campo visual. Estos exámenes son indispensables, ya que el riesgo de desarrollar glaucoma aumenta significativamente con la edad.

Revisión de la visión en mayores de 60 años

A partir de los 60 años, las revisiones periódicas son esenciales debido al aumento en la prevalencia de enfermedades oculares como las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). La aparición de cataratas puede provocar cambios en la graduación y una disminución de la agudeza visual.

Además, es fundamental realizar exámenes detallados del fondo del ojo, ya que cualquier irregularidad en la visión central podría indicar la presencia de DMAE, una enfermedad que puede afectar seriamente la calidad de vida si no se trata a tiempo.

¿Qué ocurre si tienes patologías previas?

Las personas que padecen condiciones de salud como diabetes, hipertensión o enfermedades reumatológicas deben acudir al oftalmólogo de forma anual para controlar posibles efectos secundarios que estas patologías pueden tener en la salud ocular.

La diabetes, en particular, requiere un seguimiento cuidadoso, ya que si el control glucémico no es adecuado, el paciente corre el riesgo de desarrollar retinopatía diabética, una condición que puede comprometer seriamente la visión.

Ahora bien, con este artículo esperamos haber resuelto las dudas sobre con qué frecuencia hay que revisarse la vista según la edad. ¡Nos vemos en la próxima entrada del blog! ¡Hasta pronto!

Entradas recientes

5 consejos para reducir la fatiga visual por pantallas de ordenador o móvil

En la era digital, pasamos una cantidad considerable de tiempo frente a pantallas, ya sea de ordenadores, móviles, tablets o televisores. Esta exposición prolongada puede

¿Cómo saber si un niño necesita gafas?

Los niños acaban de comenzar el colegio, y para muchos es su primer contacto con esta experiencia. Aunque no lo expresemos, estamos tan ansiosos como

Las 5 principales ventajas de las gafas de sol graduadas

Si crees que no existe distinción entre las gafas de sol con y sin graduación, este artículo te revelará lo contrario. Usar gafas de sol